
(A) No hay pista más inútil que la que dejamos detrás. Para despegar rueda hasta el umbral de la pista. En caso de parada de motor en el despegue, vendrá bien tener pista por delante. ¡Utiliza toda la pista! ¡No tengas prisa para despegar!
(B) No hay aire más inútil que el de los depósitos de combustible. Reposta el avión cuando aterrices, después del vuelo. Conseguirás 2 cosas muy importantes: 1) Evitar la condensación y por tanto la contaminación por agua del carburante. 2) Contar con la máxima autonomía para el siguiente vuelo.
¡Vuela seguro!
¡Planifica por adelantado!
¡Disfruta y se feliz ahí arriba!